MERINDAD DE MONTIJA, DE LO QUE SE OYE BAJO EL ZALAMA
Su apellido Galaz, de nombre Alfredo, a punto de cumplir los 90 inviernos. De mayor quiero ser como él. Su Secreto, pero el suyo, el “personal” para llegar donde está y como está – “tirar pa’rriba” -, ahora vas y lo interpretas. No podíamos empezar a hablar de Montija y lo que guarda sin antes contaros quien nos lo enseña, porque este hombre, como muchas de las personas que nos están descubriendo nuestra comarca, es Merindades y ha crecido con esta tierra, en esta tierra, de esta tierra.
La Merindad de Montija es una sorpresa para quien se toma su tiempo en recorrerla. Porque lo normal, y lo que hace muchísima gente que se acerca a las Merindades, es cruzarlo, y certificar, eso si, que en invierno hace frío. Pero lo que pocos saben es que esta Merindad arropa con sus gentes, como nuestro protagonista, y atesora Naturaleza con mayúsculas bajo la atenta mirada de él, el Zalama. Bosques, ríos, lagunas, aves, ... además de detalles románicos excepcionales y una oferta de arquitectura popular restaurada y al servicio del visitante idónea para descubrir su SECRETO.
No hables muy alto y estate atento/a, escucha y descúbrelo.
Un abrazo y mil gracias Alfredo, es difícil aprender y descubrir más en menos tiempo. Gracias y pa’rriba.
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Merindad de Montija